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© Fernando Garrido, 29, III, 2025
Según palabras del gran compositor tardo romántico, Gustav Mahler, «una sinfonía debe ser como un mundo: ha de contenerlo todo y, al igual que la sociedad se precipita al caos, la sinfonía también debe representar esa entropía». Inquietante, sí.
Mahler compuso a lo largo de su vida (1860-1911) nueve sinfonías completas, la primera y la última lo fueron en Re mayor.
Hoy, más de un siglo después, en España, el gobierno niega la mayor de un Re que ha escalado el top ten en el podio del re-lato político.
Rearme, es por condena y elusión un concepto que está sufriendo una re-calificación bajo la categoría de tabú, es decir, aquello que no se ha de pronunciar, siguiendo la aterradora prescripción por la cual lo que no se nombra no existe. Así, SNCHZ, al igual que con su falsa tesis y chulescas composturas, sus traiciones, delitos y corruptelas, emula al epopéyico Odiseo para engañar al cíclope Polifemo, en este caso a la ciudadanía. De tal forma pretende ocultar su más que avanzada putrefacción bajo pellejos de re-beco saltarín que hagan virtualmente invisible al zombi político que es.
Pues en español existen cerca de
cuarenta mil palabras que comienzan en Re (concretamente, 38.812). Muchas de ellas podrían aplicarse perfectamente al caos sinfónico gubernamental ejecutando un Re orquestal, sin pentagrama, con valor lingüístico de lexema que en camaradería con otros vocablos les que otorga sentidos como puedan ser el de repetición (reconquista), de oposición (rechazo), intensificación (rehostia), resistencia (revuelta) e incluso la negación de sus aliados (reprobación).
Pero sin tanta re-sonancia existe otro Re que ha pasado desapercibido. Se trata del acuerdo para re-matar a los caídos por España en el Valle de Cuelgamuros en El Escorial.
En este caso la clave de Re ha sido empleada con la típica y empalagosa cursilería woke. Lo han llamado re-significar el monumento cristiano al que califican de fascista. Así lo expresa un gobierno que re-presenta plenamente un neo fascismo fáctico que, aliado en este caso con el vaticanismo II, post marxista, ha de ocultarse en las sombras y engaños conceptuales.
Pero al mismo tiempo que re-significan el re-arme, aterrorizan a la plebe desde los medios de re-presión para que nos compremos el kit de guerra de Mambrú: qué dolor, qué dolor qué pena, do re mi do re fa, no sé cuánto será…