ESPAÑA LES HUELE A PUEBLO
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© Fernando Garrido, 12, XI, 2024
Esa, a la que nombran igual que a una Santa abulense, tiene carita de agria. Bueno, no enredemos con aquello de que tanta cara pudiera ser su espejito del alma.
Es ministra, eso sí, y administra nuestras tempestades desde Bruselas en un postularse para un suculento carguito europeo. Aquí, lo suyo, el ministerio para la transición a la pobreza, la acarrea de momento una querella por prevaricación y omisión de socorro.
Ayer su jefe, Begóñez, la exculpaba y la elogiaba, por esa misma razón queda claro que es culpable y digna de escarnio. Sólo hay que entender el cripto lenguaje del progreso, es decir, esa manera de codificar el mensaje en el sentido opuesto a la realidad para reírse del personal. Son en eso, los de su banda organizada, auténticos negacionistas.
Su mundo es así, no dicen la verdad ni a su sombra con treinta cubatas encima, celebrando una orgía con picatostes de vacas wagyú, asadas con billetes de 500 pavos. Y vomitona segura.
Son las verdades del polizón borracho que insulta a la inteligencia del barquero: la pasta no está en nuestro bolsillo, no hay lucro, no hacemos magia, tus impuestos vuelven a vos, solo serán un par de casos, no podría dormir, sí se puede, salimos más fuertes, estamos en la championlig, vamos como un cohete, son hombres de paz, somos la democracia, nadie se quedará atrás, cumplirán todas sus penas, 200.000 viviendas en 4 años, acataré las sentencias, nos quieren matar con balas por correos, te quitarán tus derechos, el caos o yo, Begoña sin pecado concebida, etcétera, etcétera, etcétera, ad infinitum.
No, no es el mundo del revés. Es algo que se le parece, es decir, el neo marxismo que nos asola. De manual. Y los vecinos de enfrente tocando el tamboril, o las palmas a las ocho, según ha sugerido ayer Begóñez para que el pueblo, en su ausencia e indecencia, se conmemore a sí mismo ensalzándolo a él.
Magnífica aportación de su gabinete de crisis al despiste, con esa su sancha pachorra de desfachatez y miseria que es directamente proporcional a las nuevas palabras que le han enseñado y repite; a saber: colosal y titánico. Bien, Pedrito, bien, un diez en mitología clásica; mañana toca la tabla del uno.
Mientas tanto a ver si colamos a Teresita, carita agria, en Europa, que España huele mal y está llena de fango. Y por si acaso los palos de escoba, nos vamos de gira internacional para no dar explicaciones, que el mapamundi -Puchi mediante y Dios no lo quiera- se quedará pequeño antes de acabar la legislatura.
Esta semana le toca ser poeta en Azerbaiyán y allá se mueran los feos del clima, que después se pira el gachó como el Dioni a Brasil, con la churry metida en la maleta diplomática para burlar al juez que la tiene citada y emplumada por cuatrera. Sí, por cuatro delitos. Suma y sigue.
Porque en España, a pesar de cobardes y bandidos que apestan a muerto y corrupción, huele todavía a lo poco que aún nos queda de libertad, de ley y de pueblo levantisco, levantino, castellano, meridional, occidental y cántabro, que magistralmente pintara pleno de luz don Joaquín Sorolla Bastida. Mejor ese pueblo que huele a pueblo, que el hedor de su progreso al revés.
BOLA EXTRA
España huele a pueblo