JUSTICIA Y HONOR GREMIAL
© Fernando Garrido, 10, IX, 2023
Palabra que no nos habíamos enterado de que en España se juzga de manera perversa o subversiva cuando se hace mediante la ley en los tribunales de justicia. Esto es lo que nos dice ahora el mester de progresía desde sus tribunas en canutazos, mesas tertulianas y demás medios para la opinión, propaganda y agitación sincronizada.
Así va ser que, si delitos tales como la malversación, la prevaricación, la desobediencia, la insurrección, la tortura, el secuestro e incluso el asesinato, son sin embargo cometidos por motivos políticos, han de ser los propios políticos quienes diriman sus turbios asuntillos (“conflictos”) en tribunales de honor alternativos, donde la última palabra de condena o absolución corresponderá, cómo no, a su Sanchidad el semidiós y juez supremo.
Esta revelación divina de última hora sentará ilogicamente jurimprudencia acerca de cómo se habrá de juzgar –corporativamente- cada caso según su ámbito y motivación.
No sé, pero imaginamos que, desde ya, delitos contra la seguridad vial por consumo de sustancias psicotrópicas o espiritosas habrán de resolverse en un tribunal especial formado por miembros de Proyecto Hombre o Alcohólicos Anónimos, quizás presidido -es sólo una sugerencia- por el beodo Vizconde de la Mancha.
Por tanto, debemos advertir desde aquí, entre otros, a la Dirección General de Tráfico y fiscalías que vayan archivando denuncias por velocidad y devolviendo los carnets retirados a sus dueños, porque en este nuevo mundo tardo gremial ya decidirán sobre ello las compañías de seguros, las asociaciones de conductores y fabricantes de coches.
En consecuencia, también los delitos achacables a toda mala praxis profesional serán dirimidos -suponemos- en los propios colegios de médicos, ingenieros, arquitectos, etcétera. Así a cada cual lo suyo, cada Andrés por su interés, enmendando la plana al insensato J. Rawls y su improcedente “velo de ignorancia”.
Válgannos otros ejemplos aclarativos:
Delitos contra el medio ambiente como provocar un incendio, serán cabalmente juzgados, según qué caso, por un jurado de guardabosques negligentes, pirómanos activos o rehabilitados o frívolos bomberos de calendario.
Intuimos también que, a partir de ahora, el vetusto y valenciano Tribunal de las Aguas será rehabilitado más allá de su condición folclórica, y tendrá la última palabra sobre los caudales del Trasvase Tajo-Segura y, por qué no, como Manitú el poder moviente sobre arroyos, manantiales y lluvias.
Del mismo modo, será delicioso restaurar la Santa Inquisición para que se ocupe de conflictos con fondo religioso donde tal vez se hallen implicados hare krishnas, testículos de Jehová, imanes musulmanes, mozárabes, mudéjares y conversos o gentiles judaizantes. A propósito, sugerimos que se le otorgue, en función de los nuevos dogmas, atribución para perseguir la herejía machista contra el feminismo de estado.
De facto ya existe, si nos fijamos en el gran Auto de Fe-minismo transoceánico que ha colocado hopalanda amarilla y capirote a un lascivo calvo tocapelotas.
Ahora bien, de que se extrañan aquellas víctimas de terrorismo cuando denuncian excarcelaciones y homenajes, si esta nueva buena que trae la justicia de la liberación, legitima y convierte a captores y verdugos en juez de su propio crimen. Privilegio con el que, mimético, SNCHZ nombra magistrados a sus perros, perras y demás monstruosidades.
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