LAS CAGALIAS DE TOLEDO
© Fernando Garrido, 7, XII, 2022
Toledo es un puñetero palomar.
Qué digo, es el palomar de Europa y reserva mundial de ratas plumíferas de lo más donde las haya.
Toledo es la gran planta de compostaje urbano de heces ácidas nitrogenadas que exista en cualquier lugar.
Pero esto a Madame Bovary le trae al fresco. Está ciega como un murciélago en una ciudad plagada de pájaras caganidos que esparcen excrementos y residuos por todas partes. Una suerte de terrorismo aviar que ríanse de Hitchcock y “the birds”.
La cosa es indignante porque hace apenas unos días fue rechazada una moción, planteada por la concejal Mª. Ángeles Ramos (VOX), sobre la urgencia de erradicar drásticamente y de una vez la plaga de palomas. Moción que, bien documentada, señalaba la forma eficaz de hacerlo que, según indican los especialistas, es la captura de las aves con jaulas y su puesta al servicio del sector cinegético.
Lo cierto es que desde hace al menos una década la superpoblación descontrolada de esas aves, extremamente sucias y dañinas, sobre todo en el Centro Histórico, ha llegado a un límite peligroso e insoportable.
Baste como muestra el recientísimo colapso de la techumbre del pórtico de la iglesia de San Miguel, a causa de la acumulación de heces y otras basuras de paloma; y basta dar un paseo para experimentar la desazón de la mierda expresada en mayúsculas allá donde se mire y con cuidado, eso sí, de que no le caiga a uno una pringosa deyección desde cualquier cornisa.
Pero siendo así, la moción fue echada atrás por el equipo de gobierno socialista que, al parecer, con tanta pose para el fotomatón, no quiere saber ni sabe del estado real del Centro Histórico, emblema y razón de ser Toledo lo que es.
Ante esto, todo vecino debe saber y sabe que la alcaldesa es, por si quedaba alguna duda, la única responsable de esta indecente calamidad que, más allá del indecoroso estropicio material e insalubridad generalizada en el recinto histórico, supone una progresiva pérdida de calidad de vida de los cada vez más escasos habitantes del Casco que, es verdad, no significan nada electoralmente para los cálculos biliares de esa a la que ya muchos vecinos desesperados e indignados llaman la “dama de las cagalias”.
Vecinos que han expresado su protesta con un cómico cartel, que ya circulaba hace tiempo, con la imagen de la alcaldesa asociada a las ratas aladas y la inmundicia que esparcen (abajo se incluye el archivo para imprimir).
Y mientras el guano de paloma se acumula estropeando lo que pilla, ella se lima las uñas con toneladas de hipocresía presumiendo de tener la ciudad más limpia de la galaxia.
Esto último a cuenta y cuento de que una empresa chiringuitera le regala un extravagante galardón llamado “escoba de platino” a cambio de no sabemos qué.
Lo que sí, es que esa “escoba de platino” es un bluf-engañifa pergeñada por un tal Rafael Apraiz, empresario vascongado que figura al frente de “Artegus certificaciones” y “Artegus consulting” y es administrador único de “Arquitectura y Servicios ambientales SL”.
Mmm… ¿Cabe maliciarse existir alguna conexión interpuesta o relación contractual -tal vez no demasiado transparente- entre alguna de estas empresas y la grey socialista?
Es esta una cuestión que desde luego nunca investigará la burriciega prensa toledana o, mejor dicho, el gremio de la bienpagá que, con La Tribuna (de Tolón) en cabecera de los siseñores, le regalan orejas cada día a cuenta de los dineros públicos que generosa e interesadamente les reparte.
Como tampoco se han hecho casi eco del escandaloso rechazo a esa moción, cuya aplicación sería cuestión de primer orden en la agenda municipal. Todo ello es una grandísima burla, una afrenta y un escupitajo que ha llenado de indignación a los residentes de un Centro degradado y desahuciado de población, pero saturado de visitantes que han expulsado de allí toda actividad y convivencia de los vecinos o residentes que han de sufrir, además de esos bichos inocentes, a los culpables socialistas que, con SNCHZ en cabeza, señorean impunemente con derecho de okupación y defecación sobre las instituciones, bienes y seres humanos.