Puede escuchar este artículo haciendo clic abajo
© Fernando Garrido, 2, XII, 2024
No es mucho que a quien te da la gallina entera, tú des una pierna della (Monipodio).
Ha sido en Sevilla. El congreso de la “Rosa Nostra” no ha defraudado a esa ciudad donde, precisamente, Cervantes situó el patio más perverso del inframundo criminal de la época. Me refiero al patio de Monipodio, locus impío que ha traspasado las fronteras literarias de su novela (Rinconete y Cortadillo) convirtiéndose en figura ejemplarizante para señalar cualquier ampona reunión de delincuentes.
Ya sé que no es de buen oficio abusar de communis locus o expresiones retóricas, pues siempre será más talentoso y distinguido inventar aforismos que servirse de algunos locuaces préstamos que, por manidos y perezosos, no cobran ni suponen intereses. Pero en esta ocasión, aún a riesgo de quedar mal y escaso, me la juego emulando a esas femicolumnistas de tribuna y bla bla bla, que tan novedosamente nos rezan un “Jesusito de mi vida...”.
Aunque creo que es más de justicia dejarse acompañar del lepantino manco para hacer una modélica comparación entre la tenida socialista y aquel foro de rufianes, con recuerdos –Machado nos perdone- de un patio de Sevilla y su huerto donde ahora “madura” el bananero.
Así, el fanático cuadragésimo primer monipodio federal del PSOE, ha sido sin duda y con toda pompa el congreso de los imputados, condenados y diputeros, porque es casi imposible concentrar a tantos en tan pocos metros cuadrados, desafiando a las leyes de la gravedad moral, civil o penal, reventando al ya de por sí maltrecho decoro político.
Una inventada ceremoniosa para la exaltación del líder infalible en el engaño a la vez que un glorioso homenaje a la corrupción de todo cofrade. Pues no ha habido bellaco ni Begoña que no hayan sido aclamados fervientemente en olor de corrupción, y con loores a la estampa del apócrifo San Pedro Matafachas, el nuevo mártir carismático víctima de "lawfare", que ha amenazado con dar un paso hacia adelante con más impuestos y el enésimo anuncio en 6 años de tropecientas mil casitas de papel pinocho.
En resumen, nos han contado que ser socialista trae a cuenta y mucho, porque no hay límite ni condicionante ético alguno, porque basta con serlo para que automáticamente quede justificado y exonerado cualquier acto ilícito.
En fin, este finde-wikén Sevilla ha tenido el color especial de bandera pirata roja, izada en ese patio donde se paga almojarifazgo al lider.
Pongamos oídos al cervantino relato cuando un mozo del más bajo oficio se lo daba a conocer a Rincón y Cortado:
Preguntó Rincón -¿Se paga en esta tierra almojarifazgo de ladrones?, señor galán.
-Si no se paga -respondió el mozo-, a lo menos hay que registrarse ante el señor Monipodio, que es su padre, su maestro y su amparo; y así, les aconsejo que vengan conmigo a darle la obediencia, o si no, no se atrevan a hurtar sin su señal, que les costará caro.
-Yo pensé -dijo Cortado-, que el hurtar era oficio libre, horro de pecho y alcabala; y que si se paga, es por junto, dando por fiadores a la garganta y a las espaldas. Pero, si es así y en cada tierra hay su uso, guardemos nosotros el de esta que por ser la más principal del mundo será el más acertado de todo él. Y así, puede vuesa merced guiarnos donde está ese caballero que dice, que ya yo tengo barruntos según lo que he oído decir, que es muy calificado y generoso, y además hábil en el oficio.
-¡Claro que es calificado, hábil y suficiente! -respondió el mozo-. Lo es tanto que en cuatro años que ha que tiene el cargo de ser nuestro mayor y padre no han padecido sino cuatro en el finibusterrae, y obra de treinta envesados y de sesenta y dos en gurapas”.
Hasta aquí la cita al clásico; quien quiera saber más que disfrute en el cervantesco original, sin menoscabo del patio madrileño de Moncloa a la canalla sevillana de Monipodio. Que de veras lo disfruten…
BOLA EXTRA